miércoles, 14 de septiembre de 2016

Articulo diario AS 1936, montañismo en el huma


Texto transcrito integro del artículo aparecido en la Revista semanal deportiva AS de Madrid, el 30 de marzo de 1936, páginas 20 y 21: (procede de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España)
“ A S ” EN M A L A G A

En la Sierra de la Huma


El montanismo tiene en Málaga bastantes prosélitos. Claro es que existen muchos aficionados dispersos que lo practican sin ánimo de obtener distinciones de ninguna índole.

Málaga se presta al deporte de montana. No posee con la profusión y variedad de las zonas norteñas los picos célebres que pueden dar títulos de héroes a los escaladores. Pero alberga en su terreno suficientes motivos para estimular el alpinismo y fomentarlo a base de una práctica bastante instructiva meritoria.

El Pinsapar de Ronda, el Torcal de Antequera, la Sierra de Monda y este Gran Gaitán y Sierra de la Huma, que hoy van a merecer nuestra atención, son varios interesantes aspectos de lo que significa en estas regiones la escalada. Podríamos citar bastantes más, pero ciñéndonos a los más notables consideramos innecesario aumentar la relación. Hay base para realizar una serie de ascensiones importantes, acrecentando el aliciente con la singular belleza y magnificencia de los lugares citados.

LA SOCIEDAD EXCURSIONISTA

Si para mantener cumplidamente el feliz desarrollo de una afición es conveniente que este salvaguardada y vigilada bajo un control oficial, el montañismo malagueño tiene en la Sociedad Excursionista su más firme baluarte.

Existe una sección de montaña, dedicada exclusivamente al desarrollo de este deporte, y en su seno se fomenta cumplidamente, exteriorizándose iniciativas, proyectos y planes que albergan positivos beneficios para el alpinismo y para sus amantes.

Por eso no vacilamos en entrevistarnos en el bien acondicionado local social de la Excursionista de Málaga con el activo y digno presidente de la referida sección, don Eduardo Jiménez Ruiz

—¿Para AS?...

—Si, senor.

—Encantado. Leo con gran interés sus informaciones sobre montañismo. Este deporte es muy hermoso, y, sobre todo, deporte en su carácter esencial.

—¿Cuando se fundó la Sociedad ?

—En 1906, Su actual presidente, don Fernando Suviri, le está dando gran auge. Cuenta actualmente con más de 600 socios. Nuestra sección alberga un número regular, que aumenta cada día mas.

—¿Tiene realizados muchos ascensos?

—Bastantes. Especialmente puedo mencionarle el de la Sierra de las Nieves, el del Pinsapar, de Ronda, a 1919 metros de altura; el de la Sierra Tejea, en Vélez, a 2.135; el del Torcal, de Antequera, a 1.400. Tambien puedo citarle nuestra visita a las Cuevas de la Pileta, de Ronda, declarado monumento nacional, en cuya visita empleamos cuatro horas bajo tierra y aun nos quedaron dos galerías por ver. Se dio un caso curioso. Allí vimos esqueletos y huellas de manos rojas, estampadas en la pared. Las Cuevas del Gallo tienen cuatro kilómetros de longitud, y se entra por un lado para salir por otro.

—¿Tienen algunos proyectos?

Esperamos poder enviar un equipo de tres esquiadores y un delegado al Campeonato de Sierra Nevada, en Granada. E.ste concurso es bastante interesante, y deseamos practicar también el esquí para no ignorar ninguna fase de esta índole deportiva.

Y tras una breve pausa, continua:

—Puedo asegurarle que el montanismo puede llegar a ser un recreo muy difundido. A pesar de sus dificultades, que sólo sirven para experimentar emociones gratísimas, facilita una fuerte dosis de salud física y de expansión espiritual.

EN LA HUMA

Ha tocado hoy el tumo a la Sierra de la Huma, enclavada en la cordillera que forma un laberinto en El Chorro. Desde la estación del ferrocarril, situada entre dos aparatosos y recortados túneles, se aprecia el magnífico conjunto que ofrece el valle, con los pinares de Almachón al fondo, junto al Gran Gaitán y la Huma, propiamente dicha.

Emprendiendo el camino del Valle de Abdalajís, contemplando el rancho de Flandes y comenzando el acceso por Las Pedreras, se invierten cuatro horas largas en la escalada hasta llegar a la cima. 1.188 metros de altura sobre el nivel del mar, a través de agujas difíciles, tal como la del Estudiante, entre encrespadas rocas y duros recortes.

Las cuerdas ayudan en ocasiones. Otras veces, el ascenso ha de hacerse confiando a los propios arrestos del escalador. Se diría que la Huma hace “echar humo” . Y a propósito. Un alto en el árido camino para reponer fuerza. Entonces se aprovecha la ocasión para admirar el panorama. Y el ánimo se conforta ante la magnificencia de la perspectiva óptica. Liega el momento de continuar. Falta menos pero se expone más.

Más tajos, más aridez, más dificultades. Se avanza poco. Pero es más firme el avance, aun cuando más peligroso. Por fin, ¡la cima! Los montañeros respiran satisfechos, y en sus rostros se deja notar una complacencia feliz. La proeza colma todas las aspiraciones y hace olvidar todas las sensaciones.

Luego, poco a poco, entonando al aire trozos de canciones populares, convencidos del buen éxito, los escaladores descienden al punto de partida, salvando con seguridad y aplomo los obstáculos invertidos. Regresan con una marcada expresión de vencedores. No pueden ocultarlo.
Mientras, los últimos rayos del sol pintan grandiosos cuadros multicolores en el horizonte, poniendo sombras formidables en las crestas grises de los picachos.

 FERNANDO GONZALEZ MART